25.8.09

Poema de Amalia Zacoutegui


FUGAZ

Que venga a mí, que llegue el vendaval que me destrone.
Que ocupe el fuego primero de mi hoguera
este temblor de pájaros que me salvan, esta herida bendita de lo incierto.
Apenas ayer, la certeza fue todas las emboscadas.
Hoy cae la lujosa molienda de una cascada de estrellas fragmentadas
y ya no sé decirme en nombre de mi nombre,
que se deshace, se disipa como un amor desgajado y abatido.
Que venga a mí el viento huracanado,
su cabello de flores olorosas, esa gasa que danza por sobre el precipicio,
en el aire que es beso y levedad de suspiros.
Hasta que mi voz al fin se desintegre,
hasta que mi fe se deje flotar entre los párpados y ya no me represente,
hasta que mi alma sea bosque rumoroso de enigmas,
un murmurar la fragilidad,
luciérnaga fugaz que destraza las sombras y se enciende.

© Amalia Zacoutegui

Poema de Salo Pasik


Pero también es la luz
de tu piel
que sacralizo, ese temblor,
esa plegaria,
el rito de los cuerpos
como un mantra.
El ojo de Dios en nuestros vientres
como un templo.
En nuestro amor
también hay paz y hasta milagro.
La bendición que llega
en cada beso
y un desborde de pájaros
cuando todo se detiene
para que todo sea
y sea todavía.

© Salo Pasik

Poema de Yadi Henao



ACERTIJO

En mi condición de mujer
tres oficios me fueron legados:

Prostituta
Cantante
y Monja

De los tres ejercí dos
con absoluta eficacia.

© Yadi Henao

Poema de Norma Segades



El rocío salvaje.

De qué lugar,
...........pregunto,
...........de qué piedra
brota este manantial
...........y cristaliza
astillas de silencio en mi fracaso
para manifestar que,
...........todavía,
hay espacios de greda en mis perfiles
donde sólo se encastran tus abrazos,
para gritar
...........que ya no soy mi nombre
si tu voz calla el eco sustantivo
de mi propio vocablo.
Que soy la cicatriz de lo que fuimos,
insolentando muros de tinieblas
con ojos fatigados,
cuando esta soledad no es,
...........ni siquiera,
la infamante mitad de mi nostalgia.
Y la ausencia me pesa más que nunca.
Y el recuerdo es la playa en que naufrago.
Que navego en mi amor,
...........a la deriva,
bajo esta gris llovizna que humedece
la textura salvaje de mis párpados.
Y que no habrá azucenas
...........ni palomas
ni sueños deshojando calendarios
porque,
...........sobre las últimas cenizas,
está cayendo,
...........sin cesar,
...........tu olvido,
como un rocío amargo

© Norma Segades

Poema de José Luis Visconti


duermo entre espinas
que dispusiste en la cama
la última vez

genero pesadillas en verdad
.......... dialectos que abandoné
..........en otras muertes

no me preocupa la sangre
ni las heridas
..........cicatrizo como de costumbre

en realidad, la sangre sí
y la saliva
y la acidez de cada noche

sin ellas soy piedra
empujada en el barranco

algunas noches percibo
ruidos extraños
..........quizás tu respiración
..........una exhalación de alivio

pero no me despiertan

intuyo que solo vuelve
para verificar los cactus
de la almohada
..........estoy tan quieto
..........que hasta ellos se alarman

lo mejor sería velar a los muertos
en tumbas abiertas
no así......... sin oraciones

el llanto es fácil
lo peor es desprenderse
.................... de los objetos

© José Luis Visconti

Poema de Laura Yasan


grado cero

el grado cero es un nido de urgencia en el centro del muro
una cría de cuervos el ombligo polar
el filo de sus alas puede cortar un reino en tiritas de nylon

bajan en línea recta con una extraordinaria percepción

del sur como lugar
como elemento

un trailer enganchado al siglo veintiuno
abre su catedral

...............SEXO FÁCIL
...............DROGAS DURAS
...............COMIDA RÁPIDA

con un fino concepto del sur como trastienda
como iglúes de chapa

sobra para envolver
una línea infinita con alambre de púa
en el desarmadero a voluntad

...............DROGAS RÁPIDAS
...............COMIDA FÁCIL
...............SEXO DURO

son infinitas las combinaciones

© Laura Yasan

Poema de María Sangüesa


ESTACIONES

Son filos aguzados los raíles
que desgarran mi ser, mi carne entera,
en este ir y venir de tantos trenes
sin un fin de trayecto en nuestras vidas.

Y pasan calendarios de pesares
como vientos plagados de amarguras
que empujan con manos transparentes
su piel de acero y de cristal transida.

Un puñado de ausencias y de adioses
se desgrana ya, gavilla inquieta,
en el beso que da la bienvenida.

En el fugaz cruzar de nuestro instante
ignoran los andenes nuestros pasos,
sin saber del amor que los habita.

© María Sangüesa
Foto: Patricio Coullery (Mocoretá -Corrientes-)

Poema de Amadeo Gravino


VARIACIONES SOBRE UNA CANCIÓN DE SERRAT Y
SOBRE FRAGMENTOS DE UN FILM DE FELLINI


El sol de Miró
-Amarillo y contento-
Camina por la tarde de incienso
(Desnuda como una adolescente)
Y su calor de 100.000 fósforos
Nos lacera la piel/los huesos y las uñas

El horizonte verde y azul
Se hamaca sobre los últimos techos de la ciudad
En un trapecio que cuelga del cielo
Poblado de golondrinas y estrellas

Debajo
El mar Mediterráneo muerde piedras y arena
(Pintadas por Dalí)

De pronto feroz
El viento sopla sus trompetas
Ante el agua celeste
Que lastima a los barcos dormidos

© Amadeo Gravino

Poema de Ricardo Venegas



¿Por qué no baja Dios
y nos abraza?


© Ricardo Venegas

Poema de Silvia Palferro


Manos de Luna

............... a Mechita Chepalich

Indócilmente escurrido de aguas
pero de luna entre dos manos
el papel murmuraba. Multicolores
eran las formas del maché
que la mujer iba dando.

Vuelta en el silencio semiluz
desde su cocina
más allá amanzanada
de sobremesa y geishas también
ella se artesana
hasta contornear de claros
rojos su cintura.

Acaso ahora miniatura y mujer
fueran sin saberse aquí
como miradas:
estos revestidos ojos
míos de un tiempo
de infancia detenida.

© Silvia Palferro

Poema de Raquel Luisa Tepich



Amor Imaginario

Fluye mi sangre a ritmo vertiginoso.
Sin preguntas y respuestas.
Vehemencia sin término.
Reinados sin coronas.
Estallidos pasionales
sin patronos verídicos.
Fuegos sin llamas,
sin designar nombres,
arrumacos y ansiedad.
Uvas estoicas en la frutera,
no se deslizan ya entre dos
bocas famélicas y sedientas.
Navíos sin puertos.
¡¡¡Amor Imaginario!!!

© Raquel Luisa Tepich (Kellypocharaquel)

Poema de David Rosario Sorbille


UN CLARO EN EL BOSQUE


.....“El secreto de la felicidad
.....no es hacer siempre lo que se quiere
.....sino querer siempre lo que se hace”
...................León Tolstoi


En medio de la noche estrellada
escribo estas palabras ajustadas
a una lectura que surge
de una región de estepas
y páginas inmortales.

En medio del mundo que nunca duerme
camino insomne por una hacienda
donde nacieron hijos y nietos
y las extensas y maravillosas
Ana Karenina y Guerra y Paz.

En medio de un bosque de fresnos
tengo la certeza de encontrar
el alma grande de un hombre
en una simple tumba
sin letrero que lo señale.

© David Rosario Sorbille

Poema de Myrtha Milella


AGOSTO

Agosto se desliza
sin envidias
solo el perfume a poesías
y tres tragos de caña con ruda

Ahuyenta los espectros
que bailan sobre agosto
tres tragos de caña con ruda
y una vida lejos de penas

El silencio del invierno
aviva salamandras encendidas
en tardes ebrias de frío
donde el viento canta despedidas

Una franja de pájaros
circunda el horizonte
árboles que lamen la sombra
del rocío de la noche
para final de tristezas.



Caña con ruda: la ruda es una planta que se masera con caña, se toma en ayuna el 1º de agosto para aleje las penas



© Myrtha milella

Poema de Ramón Rojas Morel



NECESIDAD

Pelear con los versos
para que el poema
no se transforme
en lamento, vano,
desilusión torpe...
Quiero renacer
tenazmente
con alas vigorosas
para alcanzar
el sueño niño...

© Ramón Rojas Morel

Poema de Silvana Gangi



Y ella vio como se clavaban esos vidrios en sus ojos
Mientras cantaban los pajaritos

No creí que fuera a decir nunca te amo
Y te lo dije recién
Sabiendo que temblaba

No importará si tenia ganas de llorar
O si me vomitaba la realidad en la cara

Simplemente
Ahora me visualizaba con ganas
De tenerme una mortal finalidad
Y solo saber
Que me aspirarías al máximo

Ya termino de tener sueño hoy
Me pregunto si te preguntas algo

¿Quién sos?
Lo sé o no?

Pero no te miento cuando te digo lo que te digo

Solo te miro
Y te …
Quiero
Tanto.

© Silvana Gangi
Pintura: Mirna Celis

Poema de Silvia Mottes



Inevitable compañía

Inspiración. Te evoco.
Socavo las profundidades de mi alma
Indago al destino
Impiadosa, me inculpo al no encontrarte

Tal vez pasaste a mi lado y no te vi
Quizás mañana te presentes.
Solo me resta aguzar el oído
para escuchar tu melodiosa vos

Me hinco a tus pies suplicando
Sin ti no habrá poesía.

© Silvia Mottes (Foto Gustavo Tisocco -Jardín Botánico de Buenos Aires-)

Poema de Radamés Buffa Ferrari


ÁRBOLES

Árboles bajo el azúcar
del invierno y la sucesión
de José y Benjamín.
Lazos frágiles
entre las ramas azules
y el oído de las ramas.
Blanco de la noche
y arterias de lo blanco.
Maderas del faraón,
promesa de la tierra.
Los árboles eran árboles
y la nieve era nieve.


© Radamés Buffa Ferrari
Sobre Fotografía de Eva Lewitus (Enviada por el autor del poema)

24.8.09

Poema de Leonor Silvestri


La computadora

I

esta computadora
vieja inútil negra y gris
maleta llena de imágenes del pasado
que no quiero ver
comprada en Argentina por chirolas
negocio de monos
monos de república bananera
esta lata sin sentido que nadie quería
porque nadie quiere a las computadoras
excepto los nerds y yo no soy uno
este pedazo de basura sin efecto llena de bichos
alimentando a Billy Gates y sus socios
con la sangre que sobre ella derramo
esta computadora cuya letra E no anda bien
monstruo que me consume la vida y me aísla
esta computada es mi única
y mejor amiga en Galway
porque aquí escribo mis CVs
que entupidamente aún creo
me salvarán del la pobreza de
mi querido País del Tercer Mundo
porque aquí sobre la pantalla
escribo mis poemas.

juntas, ella y yo, vamos a lo largo de la playa
ella me navega más cerca de vos.

© Leonor Silvestri

Poema de Marcelo Juan Valenti



Vienen
de un mundo ajeno.
Para afianzar
su ser
han usurpado un vasto
espacio verde a los paseantes.
Observo,
mudo,
la mímica del juego.


© Marcelo Juan Valenti

Poema de Beatriz Martinelli


aparece cada tanto
........... sin molestar
................... sin premura
la palidez de la espera
el azul de la esperanza

aparece y es cierto
............. el rosado sereno
el rojo ardiente
el amarillo soberbio

aparece complaciendo
....... el recuerdo de una tarde
el fresco de tu sonrisa
la suavidad de tu mano

aparece y no creo
............. sea un delirio
sólo un poco

apagado de distancia


© Beatriz Martinelli

Poema de Nora Alicia Perusin


ZAMBA

Mi madre canta y un pañuelo
levanta el aire de la tarde
días de invierno, otoño
parecen detenerse alrededor de su voz
yo también me detengo
justo en el silencio de su garganta

© Nora Alicia Perusin

Poema de Ricardo Rubio


LOS VERSOS

Que permanezca para siempre
esta necesidad de pan y mariposas
y se asemejen los astros a las virtudes
por las que domador y fiera
... se toleran.

© Ricardo Rubio

Poema de Mary Acosta


ALUCINACION

Alucinados mendigos, huérfanos de éxtasis
trepan por las lianas fatales de trascendencia,
simulando espirales sustanciosos de energía.
Anclados en la tristeza, deslizan su fiebre giratoria
profanando la cumbre del cielo.
Aventureros del alma, trepan, resbalan,
y se enroscan intermitentemente con una fuerza lamedora
a orillas de la conciencia.
Unidos en el asombro husmean por doradas mejillas
en busca de flirteos mentales,
arrastran briznas de escalofríos
y trituran con la angustia de los dientes,
la presión irresistible de antiguos presagios
y la desintegración de una molécula viva sin término.

© Mary Acosta

Poema de María Laura Coppié


Postales

Todavía
suena entre mi pelo
el viento sur.
Aún
raspa la palma de mi mano
el opaco perfil
del viaje perfecto.
Silvio susurra
que si es preciso
hay que quemar el cielo.
Y no me siento capaz.
Ese cielo no debe perderse.
Cóncavo,
impecable,
toca la punta de mis pies
a la distancia,
kilómetros entre alma y ruta
que se diluyen
en el insistente recuerdo
del río acerado
que lava penas,
riega soledades,
florece los ojos y la memoria.

Todavía
suena entre mi pelo
el viento sur.
A las lágrimas,
piadoso, las absorbe.
Y me hace renacer
todas las veces
que sea necesario.


© María Laura Coppié
Foto: Horacio Farroni

Poema de Juan Carlos Rodríguez


Similar

Los ojos van desde el libro de Pilcher
hasta el fondo de la taberna.
Recordó puertos, partidas y mares.
La burbuja ausente lo trajo nuevamente
a las páginas sedosas.
Quedó vacío de excesos
mientras la uva maduraba.
Sabía que amaba de manera similar
mujeres, bibliotecas y bodegas.

© Juan Carlos Rodríguez

Poema de María Fischinger


Ciudad Moderna

Ríos de luces corriendo sobre asfalto,
un cielo gris que triste nos cobija.
Montañas de hierro y de concreto y
el sol alumbra detrás de una rendija.
Árboles tristes, refugiados de algún bosque.
Factorías que jamás duermen ni descansan,
perpetuamente saturando el aire de penuria,
absorbiendo la vital sustancia de la vida.
Trabajos que consumen las horas y los días.
Gente que se apresura en cumplir con sus deberes.
Humanos que viven para servir a la moneda
que sin alma y sin familia se quedaron.

© María Fischinger

Poema de Lydia Raquel Pistagnesi



Adormilado en medio de la huerta,
deshilachado andrajo indiferente,
con su sombrero de paja reclinado,
acobardado por vientos y tormentas.
Año tras año cuidando los cultivos
Pintura: porque alguien dispuso de su suerte.
Ha intentado volar como las aves,
juntar guijarros, bañarse en las acequias,
pero estático ve pasar la vida
sin comprender siquiera su belleza.
Fetiche que el tiempo ha derrumbado
Ya ni alcanza a divisar el horizonte
Pero…
Entre sus brazos desechos ve asombrado,
Que un nidal de gorriones ha anidado
La tibieza ahora habita sus rincones

............ Espantapájaros


© Lydia Raquel Pistagnesi
Pintura: Daniel Gargiulo (DANGAR)

23.8.09

Poema de Alda Salzarulo


Cuando las marionetas se enriquecen
en las voces del viento,
quisiera el alma ser menos sonora,
menos plural,
menos alma,
para no crecer sola en el silencio.

© Alda Salzarulo

Poema de Pablo Mora


Eugenia Alnaír
En sus siete años

Surges de un horizonte de colores.
Así te siento vegetal y niña.
Hueles a pan de los ardientes hornos
y a rosa bendecida por la aurora.

De tus sienes desciende la esperanza
y por eso pareces virgen lluvia,
columpiando el tiempo en tus crinejas,
sembrando de esperanza tu cintura.

Eres beldad y en tus arpegios oigo
el canto angelical de los arroyos
con las cinco vocales y los números.

Cada vez que una tarde se nos pierda
o al alba se le olvide despertarnos
alzaremos el pan de tu alegría.


© Pablo Mora
Foto enviada por Pablo Mora

Poema de Yolí Fidanza


Escondidos tras velo y máscara
saben que la seda es engaño
destinada a caer
bajo el soplo del beso
que la túnica ansía someterse
al huracán del deseo.

© Yolí Fidanza

Poema de Iacyr Anderson Freitas


REGRESO

era preciso estar aquí
para tocar
... lo que resta todavía de esta tarde,
........... con sus patios,
sus casas,
y la misma y siempre inútil
revelación.

¿recordará el año, el minuto
que, visto ahora de estos campos,
inunda el piso de la sala, innumerable?

bajo tales arcadas, en esos flancos
... de piedra
................. y cal
irguieron un caserío, una estación
que surge de la grava
........... como cosa viva,
.... que tocada fuera
.................... por los ojos, en un asomo.

embarcaderos de café
.......... (destilando más que el zumo
más que el vértigo
....... más que los huesos
resecos de asombro y polvo
hasta un puerto
.................. ya perdido de su puesto)
embarcan ahora la pátina
entumecida de esta tarde.

me fue inútil estar aquí
en este patio
....... delante
de cosas muertas hace mucho
........ - hace mucho intolerables.

inútil palabra, inútil la letra
....................... que atraviesa
...... esa estancia mínima del tiempo
para fundar otra instancia, lumbre
que también se agota de florecer
.................... y a otro embarcadero
........ se aventura.

© Iacyr Anderson Freitas

Poema de Marizel Estonllo


Pausa

Entre la inmanencia y la trascendencia:
la gran metáfora humana,
esa pausa abierta en el suspenso de la travesía.

Nos apoyamos en los símbolos,
nos rodeamos de imágenes
y soportamos el diario coloquio de lo cotidiano
en el escenario donde espía el más allá.

Cuerpos, fantasmas , sueños , recuerdos ...
Convivimos entre una y otra vida,
entre una y otra forma,
entre una y otra situación,
en el frágil albergue del momento,

en esa pausa donde late lo infinito .

© Marizel Estonllo

Poema de Fernando Trejo



En el pecho mi corazón es una piedra
que golpea filosa entre los dientes
Ahora
bajo los límpidos silbidos de tu ausencia
derramo estas gotitas de ron
entre tus senos
ya desconocidos

© Fernando Trejo

Poema de Emilce Strucchi



La impía se regodea, igualmente
sin recato al pensar en sí
-por todos codiciada
de todos guarecida-,
y nos da los indicios de su fertilidad

sin embargo
yo me sueño incompleta de flores y frutos ajenos
en esta cavidad que me sostiene

me duele su bruñido astral
cuando despliega el desenfado,
su rebelión que taja y me sombrea

su hospitalidad
parca
me augura violentos anocheceres
con su entrega entrelenta
y su barbarie calidez

tan sosegada:
desquiciante.


© Emilce Strucchi

Poema de Juan Borges



LLAMAS INCENDIARIAS

se agazapan mis dedos
voy a desnudarte
bombas despedazadas por mis caricias
con mis dientes sedientos
voy arrancando tus heridas
todos los colores mas bravos brillando en tu mirada
y como cuchillos fusiladores
escucho tus gemidos
soy una ofrenda
para este rito profano de nuestros cuerpos...

© Juan Borges

Poema de Gabriela Delgado


Quijote

Los pasos de este itinerario
se cuentan por cientos.
Cuesta arriba siempre.
Pocas veces el amanecer
iluminando la cara.
No puedo detenerme
pese a la insistencia de mis males.
Esta vieja manera de sufrir
es lastre en mi alforja.
Mi alma está cansada de mi vida* y
se diluye en el poniente de un misterio.
Hace años debí haber abdicado
como tantos que desoyen el canto de la sirena.
Adivinador de mis caminos,
corazón en mano,
me lanzo cien veces al abismo.
Cien sueños deletrean el regreso.
No hay un solo hueso sano.
El gigante de viento me enfrenta
pero Rocinante ya no me acompaña.

© Gabriela Delgado

Poema de Carlos Kuraiem


En los días grises
los niños
pintan soles
en un papel


© Carlos Kuraiem

21.8.09

Poema de César Cantoni


20.07.05
(La gente prefirió, en general)


Es cierto, Cioran acorraló al demiurgo
hasta dejarlo sin respuestas,
pero su pensamiento fue tan devastador
que la gente prefirió, en general,
otras verdades a su verdad amarga,
una visión más amable e ilusoria de lo creado,
más complaciente con sus expectativas,
como quien se contempla de paso en un escaparate
y cree ver en el perfil grotesco
la belleza que no tiene.


© César Cantoni

Poema de Cecilia Glanzmann


TIEMPO DE ESPIGAR

...“Lo que le da valor a una taza de barro
...es el espacio vacío que hay entre sus paredes”.
...............................LAO TSÉ



Es tiempo de espigar
entre las palabras
el lenguaje de las formas.

Ellas dicen más y más .

Es tiempo de sentir
a las palabras
como formas.

Ellas destellan el universo
que retorna
para reunirnos.


© Cecilia Glanzmann

Poema de Analía Pinto



me duelen todas las hembras que no fui
las que se me quedaron dormidas debajo de la ingle
las que no parieron a sus otras hembras cuando debían
las que supusieron que el amor amado era así —y no era así

me duelen las hembras que perdí por el camino
esas hembritas chiquitas que se fueron por el borde de las lágrimas
las otras que bajan —sumisas— con cada endometrio
las pobrecitas tontas que se me caen del pelo

y me duele también mi hembra superiora
la que impulsa el timón donde navega el resto
la que dice y hace y cocina y jode y escribe
pero no sabe qué hacer ni qué decir ni qué escribir
para que vuelva el troglodita que le mordió el fondo del corazón

© Analía Pinto

Poema de Norberto Barleand


LOCO DORREGO “Padrecito de los Pobres”

....Cielo, mi cielo sereno/nunca mas pompa se vió/
....El día en que Buenos Aires/a Dorrego funeró


En lejanos confines de Patria
por las pampas de sombras viajeras
amanecen vientos de furia
en semillas de odio y conjuro.

Cabalgan las hordas salvajes
entre potros de cielos vacíos
por llanuras de sangre crecida,
por la luz del coraje vencido.

Bravíos gauchos del Norte
con Dorrego, Los Andes cruzaron,
en corceles de cuatro banderas,
con sus lanzas destemplada en silencios.

En las áridas tierras de gloria,
cubriendo los valles,
el monte
a Bolivar de pié escucharon,
a San Martín con la espada siguieron,
Belgrano, la batalla o el grito,
Artigas en la fronda del tiempo.

Buenos Aires,
entonces de barro
empedrada de polvo, maleza,
en sus celdas de vino pulpero,
madreselvas de cardo y ginebra.

El Sur con sus casas de adobe,
pobrerío mestizo o mulato
entre juncos del hambre quebrado,
sumergido en las grillas del canto.

Coronel de la audacia,
del pueblo
protegiste el dolor indefenso,
con las fibras del héroe en combate

ofreciendo tu manto al caído
en las lumbres opacas del duelo,
en los gestos cegados de olvido.

............ “Se levanta a la faz de la Tierra
............ una nueva y gloriosa Nación.”

“Padrecito de los pobres”
comentaban
las aldeas del pan humilde,
“Loco Dorrego”
en el solar de la Estancia.

Las guaridas del hampa
conspiraron el castigo,
desde el cobarde fusil del verdugo

hasta tu muerte inmaculada.

© Norberto Barleand