30.10.07

Poema de Ana Emilia Lahitte


María

María
sobrevive en el fondo
del estanque.

Ha muerto tantas veces
que no puede volver a morir.
Sólo ha de nacer
y nacer.
Desnacerse.

María no lo sabe
pero nunca se atreve a nombrar
el adiós.

La luz
de antiguas aguas enterradas
enardece los muslos
de María
y hasta la superficie asciende
su temblor.

© Ana Emilia Lahitte

Poema de Griselda García


La represa

En las últimas vacaciones Papá
construyó una represa en el río.
Le llevó toda la mañana.
Cuando terminó, el sol estaba alto,
había bronceado su espalda.
El agua nos llegaba a los tobillos,
nos metíamos en zapatillas
para que los pies no dolieran.

En ese mismo río esparcimos
sus cenizas pocos años después.

Mamá llevó flores
y una botella de vino.
No había nadie ese día,
sólo un hombre acostado en la arena
que al ver la botella
gritó de satisfacción.
A Papá le hubiera gustado, pensé,
y entrando al agua derribé la represa.

© Griselda García

Poema de Mirta Cevasco



CRISTALES EN LA ARENA

Descansa el verdín sobre las rocas
despoja el reencuentro con la playa de abril
mis manos pequeñas le ofrendaron mil castillos
y desean rescatarme
los cristales que se exilian en la arena.

Hundo mis huellas en templos disgregados
despierto en la marea
sudores de goletas medievales
anclas migratorias a estribor del desamparo.
Hay murmullos en la espuma
ruego que no sean escamas malogradas;
estoy aguardando el concilio de los peces
y la alianza del tridente, en el palacio del mar.

© Mirta Cevasco

28.10.07

Poema de Alejandra Dening


AGRADECIMIENTO

Poesía,
por fin apareces
después de tantos gritos

mudos

..................-pero no muertos-

© Alejandra Dening

Poema de Roberto Di Pasquale



No recuerdo
aquello que pasó.

No se
si lo he visto
y he mencionado
lo que nunca existió.

Pero estaba
en mi alma
y tal vez lo perdí.

© Roberto Di Pasquale

Poema de Fernando Sánchez Zinny


Vuelven las lluvias

Por el vidrio resbalan los hilos de la lluvia:
la ciudad detenida como un convoy ausente
propaga desde el fondo del ventanal abierto
la falta de pasión y pena.

El tránsito se consumó en soledad piadosa
y la codicia yace tras los techos y muros,
hecha crepitación, rescoldos,
fragmentos de una nómina que el corazón rehúsa.

Esta ya no es la lluvia del verano
sino otra, obstinada y apacible,
como el rumor callado de un presente
que nunca dejará de serlo.

Parece un tiempo bueno para comenzar a irse:
se regalarán libros, muebles, algunos cuadros,
chucherías traídas en los viajes;
por ahí hasta esta lapicera.

Apenas deje un poco de llover saldré a la calle,
con el saco cruzado y el paraguas negro,
a encontrar la alegría de unos ojos distantes,
la impredecible luz
de la vida que sigue.

© Fernando Sánchez Zinny

Poema de Ricardo Rubio


MI PADRE HACE LA CASA


Solía
invitarme al trabajo y a disentir con el hielo.
Demoraba las palabras detrás del músculo
y hería el sueño que bajaba a los ladrillos..

Su ceniza no es gris,
un corazón herido le mantiene los huesos en la sangre
y la vestidura impar de su tierra recorre estos dinteles.

Un proyecto de luz anuda los caminos
y su imagen asume los límites de mi espacio.

Puertas abiertas al desafío,
berzas e toxos,
inmensidad de las certezas.

© Ricardo Rubio

Poema de Lola Bertrand


CANTO FÚNEBRE

Desnudos de sangre,
bocas mutiladas sin lenguas ni susurros,
harapientos ojos
calcinados de arena y desvaríos.

Parásitos carentes nombre,
sombras sin corazón
ni brújula,
polvo de soledad dentro del gran concierto
que abulta el dolor de sus ombligos
con vacío y metralla…

Breve horizonte, días en rojo y gris;
negros pétalos
descienden en fúnebre procesión
sobre la indiferencia mundial de sus cadáveres.

(Tan sólo el canto de un pájaro acompaña el cortejo…)

© Lola Bertrand

Poema de Marcelo Luna


HOMELESS.

a
Paul
Simon.

No tenemos hogar
durmiendo en la luz de la luna
junto al lago de medianoche.
Homeless, homeless...
Moonight sleeping on a midnight lake.
Homeless, homeless...
Piqueteros sudacas
nao fundo, nao fundo...
Somos pueblo sin gracia de Dios
hermanos hambreados
nos niegan
el pan y la sal.

Zulúes, bengalíes, coyas, bololos,
saharianos, sin tierra, chicanos,
sudacas, camboyanos y chiaperos.

Homeless, homeless...

En Sarandí o New Orleans
por Soweto o Kuala Lumpur
cielo negro entre fogatas
barbacoa asando los gatos estofados
que Mukele trajo en su mandil
de carnicero.
Tal vez este domingo nos acoja la misión
y en el estanque podamos bañarnos.

¡ Emaweni webaba
shilale maweni,
webabe shilale maweni !

Dicen que un niño viene pa´Navidad
dicen los cristianos que comen
todos los días.
No se si vendrá hasta mi choza
con la gracia del pan.
Es madrugada y hace frío
en los bordes en silencio
del Kalahari.

Sube el shilale maweni dulce como amapola
a las espinas del baobab.
Como corona de estigmas
que adornan a ese hombre
que llaman
Cristo.

© Marcelo Luna

26.10.07

Poema de Jorge Boccanera



SIEMPRE ESTOY COMENZANDO ESTE POEMA

siempre estoy comenzando este poema
pero claro
llaman a las puertas las voces cotidianas
o se cae a pedazos el día diecinueve
o se me sube rosi a las rodillas
o caigo en la guitarra buscando no sé qué
siempre estoy comenzando este poema
pero llegan recuerdos de una ternura un día
o me sirven café
o voy a ver al boby que está ladrando mucho
siempre estoy comenzando este poema
y escribo una palabra y ya viene la tarde
con su naufragio entonces
pongo la ternura en una botella
para que alguien recoja pedazos de mis ojos
siempre estoy comenzando este poema
pero llega la noche
quiero decir tu pelo mojado
quiero decir que crezco
y que salgo a caminar tu nombre.

© Jorge Boccanera

Poema de Karina Sacerdote


en la gruta
jamás es perdón
lo que busca una boca
que con dagas muerde
reproches macabros
porque es vida
una vida de penas sin ruegos
y no es muerte
es vida
cantar absurdos

© Karina Sacerdote

Prosa de Nora Perusin



DESENCUENTRO

"Aquí estoy y estaré hasta que me abran". A.G

Más tarde, leímos de Pavese "Los mares del sur"
(hubo la misma fascinación por las estampillas verdes
y la caza de ballenas). "No existe la tierra,
la otra, era una piedra arrojada en el asedio", escribías
yo memorizaba los focos mientras en el autobús miramos la ciudad
y pensábamos en otra cosa. Los países centrales producen
cierta devoción por el confort, las maneras astutas de sentarse.
Seguimos viajando. El día que llegamos más al norte comenzamos
a bajar. Yo había visto señales, la nitidez con que la ventana
traía aires proclives al desencanto. Filtraba ocioso entre papeles el humo de palabras atrasadas.
Que milonga, en los altos ruidos de puertas quebradas: teníamos razones
de temer y deudos.

© Nora Perusín

Poema de Omar Requena


DELMORE SCHWARTZ.

..........Para Angélica Álvarez.

Yo quise dibujar el viejo poema del mundo

Sencillamente Con sus edades y sus grietas
sus corolas de humo y precipicios

Demostrar que un pájaro es alfiler que
atraviesa una pared sin menoscabo
alguno de gracia o velocidad en su vuelo
Que es larga vida su vuelo Pero escuchan
las paredes Las paredes susurran
Las paredes traicionan Irremediablemente
Sin que haya nadie al otro lado

No es necesario
Soles e insectos en Brooklyn, Dios
desanda Times Square, lo oigo
decir: "demasiado peso en las nubes
incoloras, imposibles los presagios"
Y tomo nota minuciosa de su murria
Misticismo del vértigo Los dolorosos
lugares comunes del hastío del deseo
acompasados Simplemente

Mi habitación olorosa a whisky
Hace calor
Necesito dibujar más poemas
en trozos de cartulina

Poemas que no terminen nunca.

© Omar Requena

Poema de Gabriela Delgado


Deshabitada

Imagino que la casa ya no será la misma.
Este verano los damascos sembrarán
el patio sin una mano que los cobije
y la parra, sin su poda de otoño,
entregará vides vacías.
Los cristales empañados de grises
ya no reflejan verdes en la cocina
El fogón aromado de pan recién hecho
sólo esparce cenizas.
En el desván, olvidada, una caja de fotos
se abraza a un pasado de rieles.
El espejo ha de haber perdido la sonrisa
frente a la sombra.
Una húmeda fatiga se niega
a ser exorcizada con sándalo.
La casa está vacía.
Dos manos y un vaso de vino
deshojan el eco de la risa.
La casa está sola.
Quien la habita eligió el destierro.
El reloj marca un tiempo sin pasos.

© Gabriela Delgado

Poema de Graciela Maturo


Poema a Baltasar


Nadie supo tu nombre.
Tampoco yo que por amor te nombré Baltasar.
No sé cuándo te fuiste de mi balcón,
de este planeta confuso,
ni en qué espacio de lo infinitamente abierto
mora tu alma de felino silencioso y bello.
Me falta hoy tu pecho de carbón
el fulgor de las brasas amarillas de tus ojos
y el ondulante andar de tu cuerpo
sobre la reja.
Me falta tu mirar desde lo alto del muro
tan cotidiano como el café y el pan de las mañanas.
Tu compañía irónica y distante
tu presencia a un lado y otro de mi casa
consuelo secreto de mis días.
Estabas allí,
durmiendo sobre la frescura del trébol
o velando en el techo con tu pelaje negro
y leonado bajo el sol.
Adiós hermoso amigo.
No pudimos despedirnos.
Acaso abierto al viento de la eternidad
puedas escuchar la voz de esta amiga extraña,
.........esquiva,
.................sola.

© Graciela Maturo

Prosa de Fernando Trejo



Recuerdo. El olor de sus bragas incita nuevamente a este vaso roto. La pared se reprime y escurre la sangre y mancho mi hospital de cráneos. Compongo con mis más de mil costumbres de arreglar muñecas para niñas. Sus brazos, sus anteojos, sus pinturitas de rojo corazón. Recuerdo. El sabor de sus tetas caídas hasta el fondo no parecen llorar más de lo lamido. El solo sol de lado estoca todas sus partecillas. La bruta mujer alienta sus oraciones.

© Fernando Trejo

Poema de Cristina Pizarro


La mujer de fuego
........... levanta una antorcha
Su cuerpo asciende
......... entre la letanía y la tempestad.

La mujer de fuego
........... persigue lo execrable
............... desdibuja la mirada.

Vanidad de vanidades
.

No cesa su deseo
.... que busca el encuentro con la sombra.

Arranca la cáscara
..........
ligada en el misterio.

© Cristina Pizarro
Pintura: Mujer (Mirna Celis)

Poema de Luisa Berutti


Lucero

En el misterio del cielo
ilumina el ocaso
la imagen
que guía
el extravío de mis pasos
por el mundo
desconocido
atrás de la tierra
trepan
enredados en las piedras
que uso
como escalones
para llegar a la estrella
luz en la serena noche
donde palpita mi vida
de asombro
sin tregua

© Luisa Berutti

Poema de Ramón de Almagro


Que yo hablo solo

¿Qué yo hablo solo?
No me digan eso.
Es que soy poeta
Yo vivo buscando
Que rimen mis versos.

¿Qué yo hablo solo?
Es que soy un viejo
Y los que escuchaban
Se me han ido lejos
Y los que vinieron
A ocupar sus puestos
Casi ni me hablan,
Hasta me tropiezan,
Andan apurados
Con todas sus cosas
Y yo de tan lerdo,
Siento que molesto.

Que yo hablo solo,
Yo nunca hablo solo.
Hablo con mis viejos,
Con todos los míos,
Con tantos amigos
Que ya se me han ido.
Y ellos me escuchan.
Porque ellos no corren,
Porque ellos me esperan,
Porque están conmigo
Aunque no los vean.

Que yo hablo solo
Será...
Será porque rezo,
Debe ser por eso,
Será porque rezo,
Y al mover los labios
Pensarán que hablo,
Debe ser por eso
Será por mis rezos
Y que soy poeta,
Si vivo buscando
que rimen mis versos.

© Ramón de Almagro

25.10.07

Poema de Edna Pozzi


Después de Octubre

La calidad de este amor es como un saxo a las dos de la mañana
cuando uno regresa del hospital de ver a un amigo enfermo
ya no hay esquinas ni lluvia ni música donde descansar del espanto
La plenitud de este amor
es como esa persistencia del saxo quejándose entre las ruinas
un lamento completo
donde la belleza huye con pies ensangrentados
Lo sombrío de este
amor
es que alguien lo recogió del rostro de mujeres antiguas
mujeres amadas y perdidas
porque necesitaba todos los niveles del deseo para que el saxo sonara
en los cuerpos
cosiera con agujas de plata la dimensión de la tristeza
Lo horrible de este amor
es que no conoce la muerte
ni suplica por sus penas
y uno se mira las uñas y se pregunta de dónde este amor
si en el tiempo de una saxo doliente
o apenas en la fugaz y oscura melodía
Lo ceniciento de este amor
es que no se pinta los labios con pétalos de rosa
ni se viste con colores brillantes
es como un perro abandonado en los rincones
gimiendo de puro desamparo
y un siente que debe acariciarlo
antes que huya atravesando las paredes
llevándose la música y la gloria del día
y el día de mañana
tan seguramente amanecido con su sol y sus gladiolos rojos
Lo extraño de este amor es que ayer
nomás
peleaba en Octubre con las feroces lilas y los lagartos
y hoy mira como pidiendo perdón
un sonido agudo, maltrecho
pero finísimo, algo entre cristales
como quien deja un cántaro de agua en un jardín desolado
como quien no sabe nombrarlo
pero sí sabe que había un nombre antiguo
los pies descalzos sobre la tierra muerta
y ese nombre es como un arco de plata, un hilo delgado y frío
y entonces uno se deja caer en ese amor
se lo lleva hasta los labios
lo esconde entre sus ropas
y abre los ojos para que ese amor huyente
se quede un instante más
como la última nota de un saxo a las dos de la mañana.

© Edna Pozzi

Poema de Osvaldo Risso


Identi-kit

Dibujaron mil rostros
en el aire
insinuando hallar
una cierta coincidencia
de la metáfora.
Proclamaron
mi nombre
en las oscuras
bocas del silencio;
dijeron:
“él es un poeta”.
Me buscaron
afanosamente
entre madrugadas
médulas
y estrellas;
extendieron
una red invisible
de querellas
entorno a conjeturas
sobre mi experiencia.

Fueron vanos
sus propósitos;

extraer
desde mis sueños
la simpleza natural
de los poemas.-

© Osvaldo Risso

Poema de Lucía Serrano


SALVAJE ANIMAL

Fue suficiente cambiar algunas horas de mi vida,
para dejar de ser un animal salvaje.
Después la búsqueda tuvo solo reflejos de lo esperado.
Un amor danzando a mí alrededor, atendiendo a mis faltas.
Algunas palabras fueron verdaderas.
Desechables restos de cualquier experiencia, delirios mortales.
Instantáneos deseos sin ninguna totalidad.
Una juventud perdida entre fuegos amados, cuerpos libres.
Insostenibles brillos, momias sujetadas a una tierra que no conocimos.
La simpática y libre libertad nos obligó a todo por nada.
Una tonta manera de caer y amar la destrucción de esa destreza.
Nada quedó del esplendor que sospechábamos vivir.
Todas las razones cobijaron en soledad al salvaje animal

© Lucía Serrano

Poema de Carlos Kuraiem



Puesto

Está frío setiembre
Abrazo el mate
y recorro el fondo
....................
los surcos
como cada mañana...
el bolso listo
.............
mi tabaco
el cambio contado para el viaje

Me asomo a la pieza
...................... ella duerme
al lado roncan los chicos
me quedaría un rato más
en el calor de la casa
pero pensamientos
......................me empujan
hacia el frío de las calles
a hacer lo justo para el puchero

a las calles
.............
donde duele más el frío
dar vueltas
y echarme donde un poco de sol
caliente las manos.

Setiembre viene frío.

Una nena junto al puesto
se para a mirar
lo que escribo...

© Carlos Kuraiem
Foto: Gustavo Tisocco (Jardín Botánico de Buenos Aires)

Poema de Erika Martínez Rodríguez


Te hundes en mi carne
como lluvia en tierra firme,
como viento que cala
llenas de vida tu lado eterno.
Mojas recuerdos infantiles
y los tiñes de verde,
como los ojos que miran despacio
una realidad que no pertenece al presente,
ni a este lugar.
La sombra de la noche dejó tu perfume
en los enredos de mi alcoba,
entre las paredes que ocultan secretos.
En mi lecho duerme la huella de lo que fue.

© Erika Martínez Rodríguez

Poema de Eduardo Quintana



Despierta Asunción

El Sol es quien temprano ya calienta
tus calles pequeñas, pero grandes de historia.
Son tus sombras nocturnas, fieles
a la Luna, que iluminan mi peregrinar.

Oh, bella Asunción, ¿quién te ha herido?
¿Será acaso el frío invierno que deshecha tus
aromas tranquilos?
¿Será tal vez el tiempo, a veces inexistente
que juega con el delirio, las épocas templadas,
el futuro acelerado?

Te has quedado dormida, yo, que soy tu hijo
te lo digo: las bestias han quitado tu color, esas mágicas melodías
de los sábados.
(Como una noche sin luces, como
un banco sin enamorados)

Tu esencia, oh ahora triste Asunción,
sigue viva, me lo ha dicho el tiempo,
que siempre fue tu fiel compañero,
me lo han dicho los lapachos,
que en un otoño cualquiera,
en tus pies han nacido, feliz quedaron
al poder sentirte y que seas parte de ellos.

¿Tendría sentido un atardecer sin ti,
sin tu piel acogedora, que estés cerca y yo lejos?
El río me ha confesado, no quiere perderte,
los pequeños cerros, no desean arrancarse.
Y, yo, oh eterna Asunción, que me haces
feliz, no puedo quitarte ya de los latidos de mi pensamiento.

Despiértate, iremos juntos a un nuevo suelo.
Hoy es nuestro día.
Oh, sabia Asunción mía.

© Eduardo Quintana

Poema de Salomón Valderrama Cruz


Amórfor

.......Construyo en mis dos ojos tuertos
.......La maravilla que será...
.......Non omnis moriar...


Cuando superestructura un verso es el soñante:
¡Órgame la gala impía de hacer poesía!
Magma, envés de sangre bebida, cristianía;
Contar las luces de Buda, carne, esperante...

Donde el último soneto se escribiera:
Vuelo mortal despertar, evo, anacoreta;
Rosa mente en torcida de soga viviente...
Hasta soneto no hereditario no viviera.

Soñar desaparecer de amor y en todo:
Despierto y no soñando de amor me embarazo,
Delicado en amor de no cierto en tu regazo,
Científico, dador... reaparecer de amor.

Urubamba de flores en los ríos prohibidos...
Derrumbo no visto, enigmático, conciso.
No eres mono en el que me reconozco amor,
Espolón en que danza invierno himero.

© Salomón Valderrama Cruz

24.10.07

Poema de Fany Jaretón


AL BORDE

Estoy cansada
de tanta madrugada incandescente
de repasar los lugares que no tienen asidero
de hurgar en la memoria y saberme un nicho de renuncias.

Vuelvo a la monotonía
sacudida al filo de la farsa
soy feliz y todo es aceptado
represento en el teatro de la máscara.

Pecados capitales
que sobrevuelo entre desencajes y visiones.
Parpadeo otras existencias
y por momentos el espejismo me renace.

Demoro en el traspié de lo evidente:
no hay universo de amor para estos labios.
Sutura por donde me ha partido
el miedo atroz a la condena.

Estéril yazgo en el borde del abismo.

© Fanny G Jaretón

Poema de César Carbache Mora



DUERMES
............ o naces
pareces caracola
arrecife

llama submarina
en un lecho de sueños

tu piel es un río
un árbol de agua
un manglar con alas
hojas
.......
ojos

las raíces de tus pensamientos
me siembran
.........
me cosechan
............
me hacen fruto
fuente suspiro incienso
cirio calentándote las olas
las pequeñas lunas
de tus pezones crepusculares
me pierdo
........
naufrago
renazco en hojarasca
en latidos de luz
en murmullos de tiempo

me arropo con tu silencio.

© César Carbache Mora

Poema de Ana Guillot


.... Allí vi a mi dama tan feliz cuando penetró en la luz
.... de aquel cielo, que el planeta se tornó más brillante.

....................... (Dante. La Divina Comedia)

en su ámbar acuoso
intocada
la virgen exquisita
aguarda a su creado
que abreva en el suburbio coloidal
que eructa y tose y tiene mal aliento
que digiere con ruido y con espasmo
que se aparea encima/debajo/lateral a su hembra (y viceversa)

intocada ella late
inmóvil en su trono en su alabastro que pulsa en la tiniebla
y llama
(un laúd fino y tenso
un orden musical de proporción feliz)

ella sonríe y calla como una gioconda misteriosa
ella mira al creado
con piedad
con una bene-volencia suave
como de terciopelo
mientras él tensa el arco y el músculo y el alma
y dispara la flecha
.... (el anhelo por ella que bellísima aguarda)

intocada y sola
a veces pareciera
desadherida de la piel y las hormonas
del pulso de la arteria
en desacuerdo con la especie
donde él (y su viceversa) guardan la joya inmóvil

ciñe la virgen su corona
sonríe la gioconda de luz en un planisferio de estrellas
y el creado (o ella, su viceversa carnal y territoria)
impulsa aún más la flecha
hacia la dama/virgen que está permaneciente
............. permeable y pendular

en espera del beso que le abra el corazón
.............
la semilla que late en ese cofre

© Ana Guillot

Poema de Roberto Glorioso


Miraban lo que iba construyendo
la tibieza del tren
sentados a esperar
.....
detalles todavía de siesta.

Pensaron entonces
...........
admitir paraísos y prostíbulos
........
en el tizne de sus marcas.

© Roberto Glorioso

Prosa de Martha Goldín



Cuando se huye y se llega a otra parte , la vida es suave aún con sus penurias. Ella abre una ventana sobre la calle desconocida . Esa quietud, las hojas no se mueven . Siente extrañeza .
Sabe que la vida es suave cuando el horror queda atrás y los niños la reclaman. La vida la reclama para calmar las heridas porque ha recuperado su porción de aire en otra parte
......
“jazmines en el pelo
......
y rosas en la cara”
Abre una ventana , la vida le entra –

© Martha Goldín

Poema de Alberto Destéphen



Estampa de un pueblo (San Buenaventura)

Detenido el reloj,
el cansancio de la iglesia
golpea
la campana del cerebro.

Como llanto de estrella
hacia el rojo,
las calles se esconden.
La luna somnolienta
languidece
en las perspectivas de las esquinas.

Las casas tiemblan
con ventanas
de ojos cerrados.
Las adolescentes,
con la luz dormida en su pecho,
lloran con olor a flores blancas.

© Alberto Destéphen

Poema de Kato Molinari




LOS ANILLOS DE LA NOCHE

Nunca habrá luz ni estopa suficientes para
saciar ciertas ansias de crepitación.
A eso voy, a los anillos ígneos de la noche.
No todos los viajeros los ven pero ellos
están y significan. A veces, más que
anillos resultan partenones o pagodas encendidos.
Los vi, en un viaje nocturno,
al acercarme a Campana, a Zárate.
Son formaciones que nadie dispuso y que
están ahí para beneficio de la noche.
Los anillos son los más comunes. Cuando
descubrí el primero me dije que sólo
faltaría un danzarín o varios,
en el medio.
Mis vecinos dormían o mascaban chicle.

© Kato Molinari

23.10.07

Poema de Rubén Derlis



Cuando vuelvo
a los días inmóviles,
cristalizados,
nada de lo que toco
responde,
nada de cuanto sacudo
vibra;
sólo mi sombra
estremecida
en los rincones del olvido.

Despierto en sobresalto,
retorno
a un presente de dudas,
de cansancio,
de negaciones y fugacidad
y digo: ayer fue;
un segundo hacia atrás
adelanta la muerte.

© Rubén Derlis

Poema de Emilce Strucchi


Inmóvil, que suceden
ramas templadas en luna de placard

¿me hablarán de un futuro, una ilusión?

esto viene delirio
de paso a paso a paso
de lentocaminar
las sílabas sobre tábula impura
¿cómo suspendo lo vertiginoso?

que gestando aquí no hay dónde encubrirse
follaje o sombra o rayosol
en trunca periferia

esto mutado acecha entre seis tablas-rectángulo-umbrío
en juego como tómbola
rueda malparida al rodar, metal contra clavos
¿dónde? ¿pero dónde los signos?
chasquido céfiro en circular
jadeo asma lentitud
ojosbúho estupefactos

se detiene todo en lo negrojaula

sin pupilas ni oídos en las manos
que nuevamente hoy no

© Emilse Strucchi

Poema de José Antonio Cedrón



PEQUEÑA COSA

Si no tuviera alas como tiene
si no hablara y cantara
si no fuera de fiesta de velorio
si no amara tus piernas como ramas de un niño
si no tuviera acaso componentes políticos
estaría diciendo que el corazón
es sólo el corazón
no esta mancha que cambia pasos bodas y viajes
no este pájaro huido que carga una maleta
pesada como pueblo
no esta sombra que emigra en mala hora
qué va.

© José Antonio Cedrón